11 Ago ¿POR QUÉ MI EMPRESA NECESITA UN PROTOCOLO FAMILIAR?
Toda empresa necesita un clima relativamente tranquilo para su funcionamiento y desarrollo. Entre otros problemas, una empresa familiar ha de superar las dificultades que conllevan las relaciones entre la familia y el negocio, en este sentido el Protocolo Familiar es la respuesta de muchas familias empresarias ante la incertidumbre y los interrogantes que plantea el futuro: las estadísticas confirman la gran mortandad de la Empresa Familiar, que se produce intensamente en el momento del relevo generacional.
Además de preservar el éxito de la sucesión y el futuro de la empresa, ¿Pueden esperarse otros beneficios derivados de la elaboración de un Protocolo Familiar? Sí, por supuesto. Incluso algunos de ellos se obtienen con inmediatez. Por ejemplo:
- Los acuerdos alcanzados en el seno del Protocolo, en cuestiones críticas para la empresa y las personas, contribuyen a la unión y cohesión del colectivo familiar, conformándolo como un equipo.
- La fijación de requisitos y niveles de exigencia en el desempeño de las funciones eleva la profesionalidad de la gestión de la Empresa Familiar.
- La existencia de reglas de juego claras y definidas fomenta la equidad y el reconocimiento del mérito, además de excluir la posibilidad de eventuales conflictos originados por agravios comparativos o situaciones ambiguas.
- La publicidad del Protocolo Familiar, sea de su contenido o de su simple existencia, mejora la imagen corporativa de la empresa y el prestigio de la familia empresaria.
- La definición de criterios y la planificación en materia de sucesión en la Empresa Familiar producen la necesaria “PAZ FAMILIAR” que dota estabilidad a los accionistas.
- Suscribir un Protocolo Familiar permite mirar hacia adelante libre de cargas, orientando todas las energías a producir el futuro…
- La definición de planes de formación y de planes de carrera aporta la libertad imprescindible para el desarrollo profesional de los miembros de la familia empresaria.
- El reconocimiento de la capacidad emprendedora como elemento sustancial de la Empresa Familiar promueve las capacidades de las generaciones sucesoras, y refuerza la expansión de la empresa o diversificación de las áreas de negocio.
- Por último, la articulación de mecanismos de comunicación en el seno de la familia empresaria genera un inmejorable clima que revierte positivamente en la Empresa Familiar.